Los tiempos «muertos» ¿desaparecieron? ¿Cuáles eran esos tiempos muertos? ¿Eran tan «muertos»? o ¿tenían alguna utilidad en nuestra vida?
A veces me pregunto si no era precisamente en esos momentos que uno tenía una gran idea o divagaba soñando despierto o incluso hablaba con quién tenía al lado. Tiempos «muertos» en el ómnibus, en una sala de espera, esos minutos después del almuerzo en la cocina del trabajo… Tiempos «muertos» mientras subíamos en el ascensor. Minutos en los que no estábamos trabajando, organizando una fiesta ni conversando con otros. Momentos en los que estábamos a solas con nosotros mismos o con perfectos desconocidos a nuestro lado.
¿Qué pasó con esos tiempos «muertos»? ¿Serían micro-momentos de descanso mental?
Ahora con el celular siempre a mano esos tiempos muertos se convierten en preciados momentos para continuar «haciendo»; «sacándome mails de encima», respondiendo mensajes, avanzando un poco más con la organización de la fiesta…
A veces siento que vivo corriendo como un hámster en su ruedita. Corriendo y corriendo sin llegar nunca. Es cierto que concreto más reuniones que antes, y también sé más sobre mis amigos, incluso veo momento a momento la vida de quienes están lejos… Pero ¿será a costa de mi cansancio?
Escucho a la mayoría de la gente diciendo que anda corriendo, que el tiempo no le da, que la semana pasa volando. Llegamos agotados al viernes.
¿Y si retomamos los tiempos muertos? ¿si los volvemos tiempos de descanso? Momentos para «no hacer», para respirar conscientemente, para escuchar nuestro cuerpo, para cerrar los ojos, para soñar despiertos…
¿Alguien se anima a probarlo? ¿Me cuentan si les sirvió de algo?
Yo, por mi parte… Me comprometo a investigarlo…