¿En qué momentos te sueles criticar y juzgar? ¿De qué manera te hablas cuando cometes un error o notas un defecto? ¿De una manera cálida y comprensiva? ¿O a través de insultos? En los momentos de juicio y autocrítica, ¿qué sientes?
La invitación de esta semana es cultivar la autocompasión.
“La compasión en un sentido básico de cuidado, sensibilidad y apertura hacia el sufrimiento propio y de los demás, y la intención genuina de aliviarlo y prevenirlo”.
Valentín Méndez (2017)
En esta definición (que incluye compasión y autocompasión) se pueden observar dos aspectos diferentes que se relacionan entre sí. En primer lugar aparece la posibilidad de reconocer y tomar contacto con el sufrimiento sin rechazarlo. En segundo lugar aparece el movimiento, la motivación hacia el alivio o prevención del sufrimiento.
En el cultivo de la autocompasión ponemos nuestro foco en los siguiente aspectos:
- Tomamos consciencia del sufrimiento
- El deseo de aliviar o prevenir el sufrimiento
- La voluntad para aliviar dicho sufrimiento
Valentín Méndez menciona algunas creencias acerca de la autocompasión que obstaculizan el cultivo de la misma. Algunas de estas creencias son:
“La compasión hacia uno mismo es un tipo de lástima hacia uno mismo”
“La compasión hacia uno mismo nos hace débiles”
“La compasión hacia uno mismo es egoísta”
“Es una manera de poner excusas”
Kristin Neff en su libro «Cultivo de la Autocompasión», explica que al brindarnos a nosotros mismos consuelo, apoyo incondicional y afecto evitamos conductas que suelen destruirnos como la negatividad, el aislamiento y el miedo. La autocompasión brinda un carácter estimulante que nos conduce a avanzar y poder observar y apreciar la riqueza de nuestras vidas.
De esta manera, la autocompasión no se trata de excusarnos de nuestros errores ni sentir lástima o hacernos débiles, consiste en ser conscientes y reconocer nuestros errores o momentos en los cuales sufrimos, tratarnos de manera amable y sostenernos en esos momentos de sufrimiento.
La autocompasión está formada por tres componentes o elementos básicos, éstos son:
- La bondad – amabilidad hacia uno mismo: consiste en dejar de emitir comentarios y juicios negativos hacia uno mismo. Reconocemos y tomamos conciencia de nuestros fracasos o puntos débiles en vez de castigarnos por ellos. Para cultivar la bondad hacia uno mismo es necesario darnos cuenta de qué manera nos criticamos y cómo nos afecta. Buscamos la manera de tratarnos de forma amable y bondadosa para poder mejorar desde el aliento y la comprensión en vez de la crítica.
- La humanidad compartida: “estamos juntos en esto”. Consiste en reconocer la experiencia humana en común. “Los seres humanos deseamos la felicidad por naturaleza y no queremos sufrir. Por ese motivo todas las personas intentan alcanzar la felicidad y librarse del sufrimiento, y esto es un derecho fundamental para todos nosotros. […] Si tenemos en cuenta el verdadero valor del ser humano, todos somos iguales» (Dalai Lama).
- Mindfulness: consiste en cultivar la habilidad de estar atento a lo que sucede dentro y fuera de uno en el momento presente. Esto nos permite reconocer momentos de malestar o sufrimiento, así como pensamientos negativos y juicios hacia nosotros mismos.
Les dejamos a continuación una práctica para el cultivo de la autocompasión.
«Si quieres que otros sean felices, practica la compasión.
Si quieres ser feliz tú, practica la compasión»
Dalai Lama