Unos instantes de descanso profundo

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Nuestro cuerpo tiene la capacidad de curarse a sí mismo.

Ustedes lo saben. Se cortan un dedo, ¿tienen que hacer algo? No.

Solo deben mantenerlo limpio y en pocos días se habrá sanado.

Cuando un animal esta herido en el bosque, sabe cómo hacer esto.

Busca un rincón apacible en la selva y yace durante varios días.

Ellos no necesitan doctores, no tienen farmacéuticos, pero saben cómo descansar.

Hasta que un día el animal esta sanado y se levanta y va a buscar una fuente de alimento.

Aprender a permitir que tu cuerpo descanse es una práctica muy importante.

Ama tu cuerpo. Aprende la relajación total para hacerlo varias veces al día.

Cinco minutos, diez minutos es suficiente. Incluso con tres minutos está muy bien si sabes cómo dejar que

 tu cuerpo descanse completamente.

Thich Nhat Hanh 

Son muy importantes los espacios para el descanso, sin reemplazarlos por actividades que creemos que son de descanso pero no lo son, como por ejemplo, mirar el celular, la tele o navegar por internet. Éstos pueden ser momentos para relajarnos, pero no entramos verdaderamente en un descanso profundo, ya que nuestro cerebro se mantiene activado y estimulado. Incluso cuando dormimos el cerebro continúa trabajando y procesando información. Las prácticas para el descanso consisten en una actividad intencional de danzar con la experiencia sin pretender un resultado más allá de la experiencia misma. Algunas actividades para lograr el descanso profundo y renovar las energías pueden ser: una caminata consciente, mirar el fuego, escuchar música (sin letra), pintar o dibujar, meditar, practicar yoga o movimientos conscientes. Son actividades que generan bienestar si logramos estar centrados en el momento presente conectados con la experiencia, por eso es importante la intención de querer cultivar el descanso y la calma. 

 

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